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28.10.05

Pobre Pepe

Pepe era un hombre deforme. No es que fuera feo, ni complicado de ver, ni abstracto, era deforme y punto.


Había ido a varios cirujanos plásticos para ver si su deformidad se podía solucionar, o por lo menos corregir, pero tras varias pruebas todos le habían dicho que no había nada que hacer.
Cuando iba por la calle la gente se pasaba a la otra acera por miedo, los niños le señalaban y se inventaban estúpidas rimas en las que era protagonista, sus padres, que se avergonzaban de él, hacían dos cenas de Navidad, una con la familia y los amigos y otra con él. Pobre Pepe.

Pero Pepe era un tío muy listo. Como no tenía amigos, había rellenado su tiempo libre con libros, estudios, experimentos... y televisión. De la tele sacaba grandes ideas que luego trataba de poner en marcha. Máquinas voladoras, gafas con rayos X, lectores de mentes... y algunos habían funcionado.

Su último proyecto es el que más le fascinaba. Lo había visto en una serie de televisión y le había encantado. Lo llamaba "La máquina de convertir a Steve en Stefan". No, lo suyo no eran los nombres con gancho.

Pues a lo que íbamos. Estaba enfrascado en su nuevo proyecto. Había hecho estudios de viabilidad, bocetos, análisis, prototipos... y ahora tenía por fin en modelo definitivo. Si todo funcionaba correctamente, Pepe, el pobre hombre deforme sin ningún éxito social, se transformaría en José, el adonis, el cúmulo de cualidades que atraería a las masas.

Escogió un domingo por la tarde para probar "La máquina de convertir a Steve en Stefan". Mientras sus padres estaban en misa y sus hermanos viendo el partido del Depor, él se encerró en su habitación y comenzó a enchufar todos sus trastos. Levantó en interruptor del medio y giró la válvula central, abrió la puerta y se metió en su gran invento.

Mientras permanecía a oscuras en el pequeño espacio repasaba mentalmente todos los cálculos. Todo parecía correcto. Y la máquina silbaba, vibraba, se movía... y entonces se dió cuenta. Había hecho mal los cálculos básicos que sincronizaban el motor principal con... ¡¡¡BOOOUMMM!!!


Pobre Pepe.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Opsss que le pasó al pobre Pepe?? Se desintegró??

Anónimo dijo...

¡Me ha gustado mucho! Y me ha sorprendido lo de la máquina, yo también la recuerdo muy bien. Era en "Cosas de Casa", lo de Steve Urkel, ¿verdad?

Puede que nosotros no seamos tan deformes como Pepe, pero me parece que a la mayoría nos gustaría tener una máquina de esas. Que funcionase bien, por supuesto.

Tuxina dijo...

Azrrael: Bueno, parece que la máquina de Pepe tenía un pequeño fallo :)

Lindalawen: Sí, era de esa serie. Me ha dado un ataque de nostalgia y ya ves lo que ha salido.
Y lo de la máquina, pues sí, creo que la gran mayoría se compraría una si las pusiesen a la venta.

Besos (x2).

LST dijo...

¿Pepe? eso me suena a otro nombre. ¿No te inspirarias en esa criatura para escribir el post?

Tuxina dijo...

bluebellknoll: Pues la verdad es que sí, mi estado de ánimo ha mejorado bastante. Tengo que dejar de ser tan transparente. ;)

Sele: No sé de qué me estás hablando... Pepe es un nombre tan común... por más que pienso no sé a quién te refieres.

Besos (x2).