Puedo escribir los versos más tristes esta noche

Soy una niña moñas. No lo puedo evitar.

He pasado por mi etapa de introvertida, en la que no hablaba con nadie. Me pasaba las tardes sentada en un sofá leyendo, o dibujando. Hablaba más bien poco. De esa época me queda la atracción por la gente que se expresa sin palabras. Gente con la que me entiendo con una simple mirada.

He pasado mi etapa de malotilla. Era borde y desagradable. Malhablada, vestía de negro, escuchaba música heavy metal. Me repateaba la gente que se dejaba llevar, la gente pija... De esa época me quedan los tacos (sigo siendo igual de mal hablada), el gusto por cierta música y la bordería (esto es algo que estaba intentando pulir pero, por motivos que no voy a contar ahora, ha vuelto a aflorar con toda su fuerza).

He pasado mi etapa de "relaciones públicas". Me gustaba conocer gente nueva, descubir nuevas personalidades, totalmente opuestas a mí o tan parecidas que eran incompatibles. Me gustaba analizar a la gente sin conocerla y luego comprobar cuánto había acertado o fallado. De esta época me queda el gusto por analizar a la gente.

He pasado mi etapa "pululante". En esta época no hacía absolutamente nada de interés. Era un vegetal absoluto. No sentía interés por nada. Todo me aburría. No sabía qué hacer con mi vida y, para ser sincera, tampoco me importaba. De esta época lo que conservo es la exigencia. Exigencia a la hora de meter cosas nuevas en mi vida. No me vale cualquier cosa. Si algo va a formar parte de mí, de mis intereses, de las cosas que me preocupan, debe de tener algo especial, algo único que lo distinga de todo.

La época en la que estoy ahora es una mezcla de todas las anteriores.

Todo esto lo escribo para que entendais cómo son mis amigos.

Siempre analizo mucho a la gente antes de ofrecerle mi confianza. Se puede decir que pasan un especie de cuarentena que puede durar días o meses.

Cada uno de mis amigos la ha pasado, como todo el mundo. Realmente soy muy exigente en este aspecto.

Sele tuvo una cuarentena muy corta. Se veía que era buena persona a la legua. Me gustó su inteligencia y su comportamiento con las demás personas. Conocerlo bien es muy difícil, pero poco a poco me va enseñando cómo es, y me gusta. Tiene unos puntos de vista que me encantan y su manera de razonar es increíble.

La cuarentena de MeiGhNha fue algo más larga, tal vez sea porque mi relación con las chicas simpre ha sido complicada, no lo sé. Lo primero que vi de ella es que es una niña muy divertida, juerguista (aunque cada vez menos) e incansable a la hora de bailar. Luego fui descubriendo más cosas que hicieron que la cuarentena teminase. Su sensibilidad, su ternura, su manera de animar...

The unknown man fue el primero en entrar en el círculo de confianza. Sin lugar a dudas es mi mejor amigo. Cuando le conocí vi en el a alguien que va de borde, de duro, de perrillo, pero que dentro guarda un mundo muy diferente. Él confió antes en mí que yo en él. Esto fue un punto importante porque me permitió ver un poco de ese mundo que decía antes. Con el paso de los meses terminé de destapar esa coraza que se pone y descubrí a una persona increíble. Se desvive por sus amigos, aunque esté hecho polvo, y lo da todo. Ya he dicho una vez que la palabra que mejor le describe es "dar".

Con los tres me entiendo sin necesidad de palabras. Los silencios no se hacen incómodos. Los momentos de risas son de calidad suprema.

Ahora los tres podeis despellejarme, sé que a Sele y a TUM no les gustará que les haya analizado públicamente, pero si son buenas personas... ¿por qué no decirlo?

Todo este post lo he escrito porque estoy triste, y porque ellos me ayudan cada día a sonreir.

Y de postre... poesía.

Puedo escribir los versos mas tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,

y tiritan azules los astros a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos mas tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Como no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos mas tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, mas inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oido.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,

mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,

y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Portaros bien.

P.D. Sí ahora mismo tengo gente en cuarentena, por si os había surgido la duda.