Estos días han sido la cosa más aburrida que se pueda imaginar.
Hace una semana que tengo gripe, con lo cual me he quedado en casa en proceso de recuperación. Excepto un par de días que me he acercado a la universidad para cumplir con mis tareas de delegada de alumnos, he estado encerrada en casa. Aburrida. Con las narices hinchadas (literalmente). Con la garganta echa polvo. Fea. Desganada. Sin hablar con nadie. Una miseria, vamos.
Lo peor de todo esto es que mis conocidos y amigos están igual o parecido, que parecemos una convención de plañideras.
Para que os podais hacer una idea del aburrimiento os cuento nuestra nueva afición.
Veamos... nosotros estamos prácticamente todo el día en el cuarto piso de la facultad, y se da la casualidad de que hay unos obreros reparando el tejado del tercero... pues bien, con el café en una mano y el pitillito en otra nos ponemos en fila de a cuatro a comentar la obra, cual vejetes de sesenta añazos.
Los comentarios son de primera: "Uuuuuyyyy, esa capa no queda bien impermeabilizada....", "Que mal lo veooooo, que ahora al poner la gravilla eso no va a dejar que fragüe bien el cemento".
Lo peor.
Hoy me levanté con toda la ilusión pensando que tendría algo de diversión. Había quedado para jugar un España-Alemania al futbolín con unos erasmus, pero no ha podido ser, líos de faldas han tenido.
A ver si el plan de mañana me levanta el ánimo. Partidilla de Cyberpunk.
Ya os contaré.
25.10.04
Maburrooooo
Publicado por Tuxina en 2:33 a. m.
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