El mar en calma, el exquisito sonido del rumor de las olas, el sol acariciando mi piel.
Saberse sola en este paraíso, lejos de cualquier persona que pudiera estropear el momento, la tranquilidad.
Caminar hacia la orilla sintiendo el cosquilleo de la arena en los pies, contemplando el infinito mundo acuático extenderse más allá de donde alcanza la vista.
Notar el frío del agua y ver erizarse la piel.
Soltarse el pelo y dejar que la brisa lo zarandee a su antojo. Sacarse el bañador para que esa misma brisa explore cada centímetro del cuerpo.
Avanzar hacia el vasto azul y sumergirse poco a poco. Dejar que unos imaginarios brazos te rodeen y te den la bienvenida al mundo marino.
Zambullirse y nadar. Adaptarse al medio, formar parte de él. Ser también azul.
Saberse sola en este paraíso, lejos de cualquier persona que pudiera estropear el momento, la tranquilidad.
Caminar hacia la orilla sintiendo el cosquilleo de la arena en los pies, contemplando el infinito mundo acuático extenderse más allá de donde alcanza la vista.
Notar el frío del agua y ver erizarse la piel.
Soltarse el pelo y dejar que la brisa lo zarandee a su antojo. Sacarse el bañador para que esa misma brisa explore cada centímetro del cuerpo.
Avanzar hacia el vasto azul y sumergirse poco a poco. Dejar que unos imaginarios brazos te rodeen y te den la bienvenida al mundo marino.
Zambullirse y nadar. Adaptarse al medio, formar parte de él. Ser también azul.
3 comentarios:
Por dios, esto se parece cada vez más a ese coñazo de trilogía de los colores del Kieslowski de las pelotas.
Prefiero el rojo y el negro. Rojo por la sangre y negro por la oscuridad
Jake: ¿Estás diciendo que mis posts son un coñazo? ¡A que te muerdo un ojo! :p
Céline: El rejo ya ha sido, el negro ya llegara... :)
Besos (x2)
Publicar un comentario