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9.8.05

Bruce Bolardo

Hola, me llamo Bruce, Bruce Bolardo, pero sólo desde ayer. Me explicaré.


Ayer fue un día un poco complicado para mí, digamos que no fue el mejor de mi vida.

Vivía con mi madre y algunos de mis hermanos en una casa en el campo. En la casa también viven algunas personas, pero todos convivíamos pacíficamente. Me pasaba los días recorriendo la casa, subiéndome al tejado, peleando con mis hermanos... vamos, lo normal.

Ayer, una de las personas que viven en la casa me arrinconó en un pasillo y me metió en una caja. Es una cosa que yo no comprendí muy bien, si era un juego no me divertí nadita. A mi madre tampoco le hizo gracia el juego y arañó a la humana en las piernas y en el culo... eso sí fue gracioso.

Mi mamá tiene muy mal genio. Yo tenía miedo de que me castigara, porque estaba enfadadísima.

La cosa fue que me metieron en una caja y nos fuimos de viaje. Cuando nos alejábamos yo la escuchaba decir: "¡¡Vuelve para cenar!!"

Después de un rato de viajar en esa cosa que llaman coche nos paramos en un sitio muy raro que no se parecía en nada a mi casa. Allí estaba esperándonos una señora muy rara que me llamó Bruce nada más llegar. Yo tenía un poco de miedo, así que estaba muy calladito en un rincón de la caja.

La señora nueva se llama mami Paula, o eso dice ella. Iba acompañada de otro señor que se llama papi Iago. Desde luego, que nombres más raros se ponen estos humanos...

Estos dos señores me metieron en una caja mucho más cómoda y más grande, con cojines y todo, y me montaron en otro coche. Paramos en un sitio donde había muchos animales metidos en cajas como la mía.

Después de esperar un rato en un sitio con muchas sillas una señora llegó diciendo "¡Bruce!". Ya no me acordaba de que me habían llamado así.

Esta señora dijo que tenían que pesarme. Resulta que peso 1,1 Kg. Y me llamaron gordito. Indignante... con el cuerpo serrano que tengo... La señora me estuvo examinando mucho rato. Me daba vueltas hacia un lado y hacia otro, me tocaba la barriga, me miraba las orejas... ¡qué señora más pesada! Luego me dio una pastilla que sabía fatal y me metió de nuevo en la caja.
Ahora tengo una cosa que se llama cartilla médica. Mami Paula, papi Iago y ella estuvieron hablando algo de una vacuna el martes que viene. No sé que es eso pero no suena nada bien.

Y volvimos a la casa nueva. Yo seguía calladito en un rincón.

A media tarde vinieron dos señores más que parece ser que se llaman tito Raúl y tito Gus. La verdad es que fueron muy amables conmigo. El tito Gus fue el que me puso el segundo nombre, Bolardo. Dijo que era como si estuviera allí puesto por el ayuntamiento. No sé qué quiere decir eso, pero creo que lo decía porque no me movía mucho. Esta gente es muy rara.

Después de presentarme a tito Raúl y a tito Gus se fueron todos. Por fin tenía un ratito de intimidad. Aproveché para explorar un poco el sitio sin molestias.

Cuando volvieron ya no estaba con ellos el tito Raúl, ahora venía uno nuevo que se llama tito Alberto. Les escuché decir que el tito Alberto tiene en su casa a la que va a ser mi novia. Ya tengo ganas de conocerla, porque dijeron que era muy guapa y nosequé de un celo.

Todos los humanos se fueron a una habitación a mirar una cosa cuadrada por la que salían más personas, a beber una cosa amarilla que se llama cerveza y a echar humo por la boca.

En este punto yo estaba algo preocupado porque mi madre me había dicho que volviese para cenar y ya se me estaba haciendo tarde. Empecé a hablar un poquito a ver si así se daban cuenta de que me tenía que ir, pero no tuve éxito.

De vez en cuando me venían a buscar y me sentaban con ellos. Me daban muchas caricias y me prestaban mucha atención, pero yo seguía pensando en mi madre.

Cuando se fueron tito Gus y tito Alberto, la gente que quedaba se metió en unas habitaciones que yo no había visto todavía y cerraron los ojos. Iban a dormir.

Yo estaba indignadísimo. ¡Me tenía que ir con mi mamá! Decidí que lo mejor que podía hacer era hablar hasta que me llevaran a mi casa, y eso hice. Paseé por toda la casa hablando, protestando y gritando. Menudo soy yo.

Miau miau miau. Encontraba un escondite. Miau miau miau. Otro escondite. Miau miau miau... Y así toda la noche.

Creo que no me van a llevar a mi casa otra vez. Supongo que esta va a ser mi casa nueva.

Ahora me tengo que despedir porque me van a peinar, pero si puedo os seguiré contando cómo me va en mi casa nueva.

Miau.


Este soy yo en mi rinconcito.


En los brazos de tito Raúl.


Entre las piernas del tito Gus.


Explorando al tito Alberto.

10 comentarios:

iagox dijo...

Pero mira que es wapocho el condenado. Pero parece que se metio una ralla, por que no para quieto, ¡ya no es tímido!

Un beso.

Anónimo dijo...

Hey es lindísimo el gatito!!!
El post muy chulo, aunque me daba un poco de penilla por él, tan preocupado por volver con su mamá, y supongo que la mamá otro tanto de lo mismo, pero así es la vida!!
Espero que se acostumbre pronto :-)

Anónimo dijo...

¡Menuda presentación! XD Encantada de conocerle, señor Bruce Bolardo.
Por cierto, tienes toda la razón, de gordo nada.

Anónimo dijo...

Querido Bruce:
Si quieres caer bien a tu nueva mama, no olvides mearte en todos los rincones. Todos los gatitos buenos lo hacen....
Deshilacha todo lo que encuentres, que eso también es muy gracioso.
Y que seas muy feliz en tu nuevo hogar!!!

:P

LST dijo...

Por fin teneis gato, como farda. :D Ahora a Bruce solo le falta la visita del padrino. Desde mi rincon oscuro y apartado del mundo os digo: Volvere¡¡¡¡, pero solo para ver al gato.

Tuxina dijo...

iagox: No, ya no es tímido, ahora es Pavaroti. ¡Que pulmones tiene el condenado!

Fuz Neviros: Yo voy a hacer todo lo posible. Va a ser un minino muy mimadito :)

Azrrael: A mí también me daba penita cuando iba por el pasillo maullando. Pobrete.

Lindalawen: ¿Verdad que no? Si es que mi nene tiene un cuerpecito...

goldhands: Pero que malote que eres... verás tú que risa te va a dar cuando te lo mande de visita con esa educación tan exquisita :p

Sele: Eso, eso, vente ya. El pobre Bruce pregunta todos los días por su padrino. Eso sí, cuando vengas no traigas los algodones en la boca que no le gustan nadita :D

Besos (x6).

Jacobo Cardenal dijo...

ODIO LOS GATOS!

Tuxina dijo...

¿¡Por qué!? Si son una preciosidad...

Unknown dijo...

Al final te saliste con la tuya ehh, y sin dejar de fumar xD
Si cuando llegue yo lo veo con un pitillo en la boca (negro, por supuesto) no me extrañare ni nada.

Besiños desde la playita :p

Tuxina dijo...

Si es que el que la sigue la consigue.

Besos.